Atardecer

Atardecer
Septiembre 2009

martes, 18 de marzo de 2014

¡ DE MANIOBRAS !

Las contingencias comunes, tales como catarros veraniegos, orzuelos o castigos, eran causa para no ir a la marea. Pero eso era consecuencia del albur o del estado de debilidad en las defensas del  organismo de cada cual. No obstante todos sabíamos que al menos un día del verano no podíamos ir a bañarnos, como tampoco podían salir a la mar los barcos. Era el día de las maniobras.

Por el camino de tierra que llevaba al Puertito, el día previo a las mismas o el mismo día, aparecían unos cuantos camiones del Ejército cargados de maderas y bidones de petróleo vacíos, así como otros utensilios, con los cuales se armaban los blancos que, llenos de banderolas eran remolcados a alta mar el mismo día de las maniobras. Éstas eran organizadas para ejercitar a los futuros Alférez de Complemento, estudiantes universitarios a los que se les daba la oportunidad de hacer el servicio militar sin necesidad de interrumpir el curso académico. La mili común era para la "probea", expresión para designar genéricamente a los pobres o menos agraciados por la fortuna, en afortunada descripción en el habla común de la época.

No recuerdo si era en Bajamar o en Jover, desde donde se disparaban las baterías de artillería y las ametralladoras llevadas al efecto. Para todos los ociosos era un entretenimiento poder observar la puntería o falta de ella de los jóvenes universitarios. Más la segunda que la primera, todo hay que decirlo. La cosa duraba toda la mañana, retirándose los militares hasta el año siguiente para descanso y alivio - supongo- de los pescadores  de bajura, que no tenían que perder otro día de trabajo hasta el año siguiente. Lo que sí era cierto es que a los chiquillos de la época, después de aquel entretenimiento veraniego, llegaba el momento de retornar al Arenisco o al Roquete.

Se dijo en su momento que los restos de la vieja casa del corsario Amaro Pargo, al pie de los Dos Hermanos, fueron cañoneados por una batería de artillería llevada al efecto por uno de sus descendientes que mandaba por aquella época a la tropa de futuros Alférez. ¿El motivo? Quizá el hombre no sabía la diferencia, sutil si se quiere, entre corsario y pirata ... 

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